top of page

           Andrea es una niña única en el mundo, como lo son todas las niñas únicas que nacen en nuestro planeta todos los días; con sus características especiales y con sus características comunes, tan comunes como las de su compañera Ana. De la mano de las dos, viviremos una historia de convivencia, de conocimiento mutuo, de aceptación de la pluralidad y de la individualidad del ser... Y todo ello con la mejor sonrisa del mundo: la de l@s niñ@s.

 

             En los años 60 Beuren y Williams pusieron su apellido a un síndrome provocado por la falta de paridad en la séptima pareja de cromosomas. Este fallo genético trae consigo una serie de consecuencias en el desarrollo del individuo. Uno de cada 7.500 nacimientos vivos es afectado por el Síndrome de Williams.

Hoy nos acercamos a estas personas de la manera más humana posible: desde su integración en la sociedad y desde el descubrimiento de las diferentes capacidades que las caracterizan.

         "Si me domesticas, si te domestico, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además ¡mira! ¿Ves allá los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo."

(El Principito.)

bottom of page